El impacto económico de las vacunas

Las vacunas y la sostenibilidad del sistema sanitario

Tenemos un problema de difícil solución. Es el de la sostenibilidad del sistema sanitario. El crecimiento de la cronicidad y el envejecimiento de la población son y será mayormente causa de un crecimiento desmedido de la demanda de servicios sanitarios. El 75% del gasto sanitario se produce a partir de la jubilación.

El desarrollo de nuevas tecnologías, de nuevas terapias y biofármacos con dianas terapéuticas cada vez más reducidas y personalizadas, supone el nacimiento de una nueva medicina que nos ofrece más y mejores oportunidades terapéuticas pero que a su vez aumentarán el gasto. Además se acercan nuevas crisis sanitarias como el crecimiento acelerado de la resistencia bacteriana, aparición de nuevos virus y las posibilidades de contagio con otros virus y bacterias debido en parte a la alta movilidad turística y migratoria. Cada año mueren en Europa 25.000 personas por la resistencia antibiótica. Una de cada 10 muertes por resistencia a los antibióticos en la UE ocurre en España. En España han muerto cerca de 12.000 personas entre 2011 y 2015 en hospitales públicos y privados tras infectarse con bacterias resistentes a los antibióticos según datos del Ministerio de Sanidad. En este período hubo un incremento del 58%  de muertes en nuestro país por esta causa.

Por ello, para resolver la sostenibilidad no será suficiente con gastar más. Tal vez el porcentaje del PIB correspondiente al gasto público en sanidad debería incrementarse, pero solo con esto no conseguiremos hacerlo más sostenible. Ni con gastar de manera más eficiente, es decir gastando menos y haciendo más y mejor, que evidentemente se puede y se debe hacer. Ni aun así conseguiríamos asegurar la sostenibilidad. Es una batalla perdida. Hay que disminuir la morbilidad

Hay que pasar de una medicina reactiva a una medicina proactiva. Pasar a una medicina centrada en la protección y promoción de la salud, en la prevención de las enfermedades y en su detección precoz. Una medicina que combata la raíz, el origen de las enfermedades.

Y las vacunas son el paradigma de la prevención de enfermedades. El arma más eficiente y eficaz con que cuenta la medicina para evitar las enfermedades. El instrumento más costo-eficiente.

Según publica Farmaindustria, los beneficios de la actividad de las vacunas, se traducen a nivel mundial en casi seis millones de muertes anuales evitadas, que permiten salvar más de 386 millones de años de vida y casi 66 millones de años de vida ajustados por discapacidad. Las vacunas permiten evitar asimismo que 750.000 niños sufran enfermedades invalidantes.

Beneficios sociales y económicos

La vacunación de la población no sólo genera beneficios sanitarios, sino también sociales y económicos.

Las vacunas que se usan frecuentemente son una forma preventiva y económicamente eficiente para mantener la salud, en comparación con el tratamiento de las enfermedades puntuales o crónicas. Son muy coste-eficaces. Por ejemplo, en los Estados Unidos, durante el año 2001, la vacunación rutinaria de niños contra 7 enfermedades permitió ahorrar un estimado de 40.000 millones de dólares en costes sociales, de ellos 10.000 millones directamente en costes sanitarios. La relación beneficio-coste para estas vacunaciones se estimó en 16,5.

En otro estudio llevado a cabo en Estados Unidos en 2005 sobre la varicela se estimaba que por cada dólar invertido en vacunación se ahorraba más de 5 dólares en costes directos y aproximadamente 11 en indirectos. Otro análisis llevado a cabo en 2014 estimó que la inmunización infantil rutinaria entre los niños nacidos en EE.UU. en 2009 impediría unas 42.000 muertes tempranas y 20 millones de casos de alguna de estas enfermedades, con un ahorro neto de 13,5 millones de dólares en costes directos y 68.800 millones en costes sociales totales.

Recientemente David Bloom, doctor en economía e investigador del Departamento de Salud Global y Población, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, aseguró en conferencia de prensa, que la salud es una causa y a la vez una consecuencia de la riqueza de las naciones y acotó: “investigaciones macroeconómicas han descubierto que el aumento en la esperanza de vida tiene un impacto en el producto interno bruto per cápita”. Según Bloom, los países con habitantes más sanos y que pueden evitar brotes de enfermedades como dengue, chikungunya y malaria “atraen más inversión extranjera directa, más turismo y ahorran dinero, el cual gastarían en controlar y responder a brotes”. Insistió: “contar con una población sana es como un imán para atraer inversión”, y en ese sentido “la vacunación provee beneficios que deben ser cuantificados”. Destacó que tan sólo aumentar la esperanza de vida un año lleva a un crecimiento del anual estimado de 4% en el PIB per cápita y un aumento hasta de 9% de la inversión extranjera directa en países de bajos y medianos ingresos. El investigador aseveró que la vacunación mejora la salud y la supervivencia y puede cambiar el comportamiento individual influyendo en el incremento de la inversión en educación. Además hay aumento de la productividad, pues la inmunización mejora la salud física y mental. Destacó que en el caso de los trabajadores, cuando éstos “son más saludables, son más productivos en sus jornadas laborales” y hay menos ausencias laborales.

En un estudio de la OMS para estimar el impacto económico que probablemente se logaría con los esfuerzos de vacunar frente a 10 enfermedades evitables mediante la vacunación entre 2001 y 2020 en 73 países con ingresos bajos y medios, estimando los tratamientos evitados, los costes de transporte, las pérdidas de productividad de los proveedores de salud y las pérdidas de productividad debido a la discapacidad y la muerte, en el que se utilizó el método de valor de vida anual para estimar de forma más amplia el valor económico y social del hecho de vivir más, con una mejor salud, como resultado de la inmunización.

Los resultados fueron que evitarán más de 20 millones de muertes, ahorrándose 350.000 millones de USD en costes de enfermedades. Durante la vida de las personas vacunadas, se estima que las mismas vacunaciones ahorrarán 5.000 millones de USD en costes de tratamientos, estimándose el valor económico y social más amplio de estas vacunas en 820.000 millones de USD. La conclusión es que el impacto de las vacunas es muy positivo y va más allá de la salud, ya que se evitan costes significativos y se aumenta potencialmente la productividad económica.

Una investigación en Sudáfrica arrojó que en promedio se gana un año de escolaridad por cada seis niños vacunados contra el sarampión, en tanto que un estudio realizado en Filipinas, en el que se examinó el desarrollo cognitivo de los niños y su asociación con el esquema de inmunización estándar en los primeros años de vida, indicó que los menores vacunados lograron resultados más altos.

Conclusiones

1ª   Como vemos, es indudable la importancia estratégica de las vacunas, tanto para el mantenimiento y mejora de la salud de la población como para el sostenimiento de los servicios sanitarios, al contribuir de manera determinante a evitar enfermedades cuyo tratamiento significaría un alto coste.

2ª   La inmunización es una de las intervenciones de salud pública con un mejor ratio de coste-eficacia y la que más éxito ha tenido en todas las épocas.

3ª   Las consecuencias de no inmunizar a todas las personas en riesgo son la reaparición de enfermedades ya controladas, la diseminación de enfermedades a países en los que han sido eliminadas y un elevado coste en términos económicos para los servicios de salud, y en términos de enfermedad, discapacidad y muerte para millones de personas, en particular en los países en desarrollo.

La salud afecta directamente al desarrollo económico mejorando el capital humano, facilitando la educación y la capacitación laboral e incrementando la productividad. Por ello, la mejora de la salud es a la vez causa y consecuencia del crecimiento económico. La mala salud contribuye a la caída del PIB y recíprocamente esta caída provoca a su vez un considerable descenso de nivel de salud de la población. Un círculo vicioso que hay que evitar. La vacunación de la población es un reto para un país, pero, en las circunstancias actuales de facilidad de las comunicaciones y grandes migraciones entre países, la vacunación es un reto mundial que afecta a toda la población de una manera global.

La inversión en vacunas en España

A pesar de las consideraciones realizadas, la inversión pública en vacunas cayó en España un 7,4% entre 2007 y 2012.

Según la estadística del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el gasto sanitario público en España ha pasado del 6,2% del PIB en 2010 al 6,0% en 2016, parando el gasto medio por habitante de 1.369 a 1.436, con un crecimiento del 4,89% en este período y el gasto total

En ese mismo período el PIB pasó de 1.080.935M€ en 2010 a 1.118.522M€ en 2016 y 1.166.319M€ en 2017, con un crecimiento en el período 2010 a 2016 del 3,47%.

Esto significa que, aunque el porcentaje del PIB del gasto sanitario disminuyó, el gasto sanitario aumentó y, por tanto, no parece ser un buen indicador el porcentaje del PIB sobre el nivel del gasto sanitario. Sería más interesante ver el porcentaje del gasto sanitario público sobre el gasto total del estado o, como recogí en el libro La renovación del Sistema Sanitario, el porcentaje de presupuesto asignado a sanidad por cada comunidad en función del presupuesto total.

Por otro lado, el gasto en Salud Pública (en el que se incluye el gasto en vacunas) viene a ser solo un 1,1% del total del gasto sanitario cuando el gasto en farmacia representa el 16,8%. Pero sólo el 1,8% del gasto farmacéutico en España corresponde a vacunas.

Tanto las administraciones sanitarias como las sociedades científicas, la industria farmacéutica y las asociaciones de pacientes ven claramente insuficiente el gasto sanitario destinado a vacunas, según el informe de Deloitte. Como resultado de la encuesta realizada, el 72% cree que el SNS no ha priorizado la inversión en Salud Pública.

Conclusión final

Está claro que es necesario desarrollar un esfuerzo muy importante para prevenir e impedir el desarrollo de las enfermedades y mantener la salud de la población. O bajamos la morbilidad o el sistema será insostenible.

Y no solo hay que dotar presupuesto sino también ejecutarlo mediante el desarrollo de políticas y procesos de atención sanitaria que conciencien a la población y a los profesionales sanitarios comenzando por dar ejemplo.

Es necesario asegurarse la vacunación de toda la población, no solo de la infantil. También de la población adulta y de las llamadas tercera y cuarta edad. En este sentido es importante la Ponencia desarrollada por la comisión ad hoc del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, CISNS, Vacunación en grupos de riesgo de todas las edades, de 165 páginas, lo que supone una referencia para los servicios de salud de las Comunidades Autónomas para la progresiva extensión de la vacunación a lo largo de toda la vida.

Para ello, la vacunación de adultos debe incorporarse a la rutina de la atención sanitaria desde los Centros de Atención Primaria. Y no solo esto sino también el desarrollo efectivo de las políticas asistenciales de salud pública. Debemos contemplar una actitud proactiva para la vacunación.

 

 

 

 

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