Tú eres lo más importante,
el centro de tu existencia.
Por eso debes cuidarte
y tratarte con paciencia.
Solo sin dejar de amarte,
de estudiarte y conocerte,
podrás amar a los otros
y que así quieran quererte.
Mirarlos fijo a los ojos
y claramente ofrecerte
a compartir las virtudes
del heroísmo y arrojo.
Compartir la vida vehemente
con el corazón y la mente
y sobre todo no dudes,
ten fe en ti y ve de frente.
Los valores que acumules
podrás compartirlos siempre.