El Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936 fue contra el Frente Nacional, no contra la Republica. Fue contra el marxismo imperante de comunistas y socialistas que se impuso en el poder tras unas elecciones fraudulentas y levantado en armas contra el orden republicano desde 1934. Fue contra las amenazas de Largo Caballero de provocar una revolución violenta para imponer la dictadura del proletariado. Fue contra la quiebra del Estado de Derecho, del orden civil y constitucional. Fue contra la violencia, los robos, saqueos y asesinatos ante la impotencia del presidente de la república de solucionarlo y ante un gobierno colaboracionista con el desorden. La situación estaba al límite, los ciudadanos aterrorizados, las empresas quebradas. El Alzamiento fue recibido con alivio, alegría y esperanza por la mayoría de los ciudadanos y, lamentablemente, desencadenó en una guerra fratricida y mucho sufrimiento de la población, de la que la mayoría que los políticos “republicanos” que la provocaron salieron ilesos y cargados de las riquezas robadas a todos los españoles.