Estamos en una nueva Guerra Mundial

Una guerra hibrida

En realidad, la guerra hibrida se lleva practicando a lo largo del siglo XX, en el que las acciones militares siempre han sido inducidas, apoyadas y manejadas mediante componentes como los que ahora atribuimos a la “guerra híbrida”, como es buscar la insurgencia de parte de la población del enemigo, información, inteligencia, propaganda, presión política y diplomática, actos de terrorismo, sabotajes, etc.

Las dos guerras mundiales, que asolaron Europa, se desarrollaron en este contexto. El desarrollo de las armas nucleares disuadió el empleo de la fuerza bélica y la “guerra fría” se desarrolló utilizando las armas que ahora atribuimos a la “guerra híbrida”.

Las estrategias de desestabilización y socavamiento de nuestras sociedades están presentes desde hace décadas, si bien sus mecanismos de intervención se actualizan y perfeccionan. Esto incluye, tanto la centralización de la contienda en el terreno de la propaganda y la información, incluyendo las redes sociales, como el recurrir a fenómenos diversos de violencia.

Las nuevas armas

Lo que nos diferencia ahora, en el siglo XXI, es el inmenso avance de la tecnología que permite obtener en el momento imágenes, textos, voz, documentos, vídeos, desde cualquier punto del mundo; que nos permite conectarnos. Desde el espacio, mediante los satélites, podemos observar hasta el detalle cualquier cosa que se mueve en la tierra. La capacidad tecnológica de producir realidad virtual o montar videos, audios e imágenes falsas no tiene límites. La capacidad de almacenar ingentes volúmenes de datos y la posibilidad de tratarlos mediante algoritmos para obtener la información que se desee utilizando además las capacidades del autoaprendizaje utilizando inteligencia artificial permite que tanto la capacidad de espionaje, inteligencia competitiva y producción de información falsa son infinitamente mayores.

Los enormes avances en ingeniería genética y celular permiten que la guerra biológica ahora pueda ser más sutil, más dirigida y más controlada para que ejerza el efecto deseado en la población, no solo en su salud sino también en su desarrollo económico y político. Es posible que en un futuro no muy lejano se puedan fabricar virus, no para enfermar o matar a la población, o a un sector de la población, sino para conseguir cambios en su ADN en favor de las ideas de aquellos que pretenden realizar una ingeniería social.

Claro que todos estos avances pueden ser muy beneficiosos para la Humanidad, pero también suponen un gran peligro, como sucede con la energía nuclear.

La guerra actual

La guerra actual es una guerra hibrida, en la que, sin dejar de emplear conflictos armados locales y nunca generalizados, incluye la activación o utilización de actores armados no estatales o paramilitares, en la que se utilizan toda clase de medios y procedimientos ya sea la fuerza convencional o cualquier otro medio como la insurgencia, el terrorismo las últimas tecnologías que resultan de vital importancia. Su estrategia de desarrolla fundamentalmente en los ámbitos de información, inteligencia, operaciones especiales, propaganda, formas de guerra económica y penetración cultural, tratando sobre todo la influencia sobre la población

Los conflictos híbridos tienen por objetivo desestabilizar un Estado funcional y provocar una polarización de su sociedad. A diferencia de lo que ocurre en la guerra convencional, el centro de gravedad de la guerra híbrida es un sector determinado de la población. Busca provocar un desorden criminal, involucrando todas las esferas de la vida pública: la política, la economía, el desarrollo social, la cultura… aprovechando la dependencia que nuestras sociedades comportan respecto al mundo informático y a la red de internet.

El agresor trata de influenciar a los estrategas políticos más destacados y a los principales responsables de la toma de decisiones combinando el uso de la presión con operaciones subversivas, recurriendo a actuaciones clandestinas para no asumir la responsabilidad o las posibles represalias.

El Cambio climático, la doctrina LGTBi, el Feminismo, el abortismo, el racismo, la invasión inmigratoria desde paises tercermundistas o islámicos, la rebelión frente a las instituciones y los políticos, son algunas de las armas utilizadas para conseguir el resquebrajamiento moral de las sociedades occidentales, haciéndolas más débiles, disminuyendo su población autóctona y minando su economía.

Sus herramientas son ciberataques, espionaje, propaganda e información falsa, campañas de desestabilización para deponer gobiernos, como ocurrió con las llamadas primaveras árabes o revoluciones de colores, así como con el uso de herramientas no militares como la guerra económica, la presión diplomática, la penetración cultural, etc., buscando resquebrajamiento del orden estatal y su legitimidad. Las guerras de ganan ahora mediante procesos de ingeniería social.

El XXX Seminario Internacional de Seguridad y Defensa, celebrado en Toledo, se dedicó a LA GUERRA HÍBRIDA: LA MENTIRA COMO ARMA Y LA VERDAD COMO VÍCTIMA. Expresivo título que sintetiza el arma más importante de la Guerra Híbrida: La mentira, el engaño.

Los actores

Los actores que hoy están en “guerra” son de diversa índole. Unos son estados soberanos como China, Estados Unidos o Rusia; otros son grupos de poder como el lobby globalista especulativo cuyo exponente paradigmático es Soros y la Open Society, o el Foro de Sao Paulo, a la sombra de Cuba y Venezuela, que reúne a diversos gobiernos latinoamericanos. También está el lobby islamista sunnita y el chiita. Pero los enemigos no son siempre los mismos para todo, sino que hay convergencias entre ellos.

Lo que sí está claro es que, nuevamente, Europa y la cultura europea extendida en América, es la gran víctima, sujeta a continuas presiones de toda índole y a un proceso de resquebrajamiento del orden social de sus estados y de sus instituciones, un suicidio demográfico y una invasión de inmigrantes tercermundistas.

Durante este siglo se han producido diferentes actos bélicos, como las guerras de Afganistán, Iraq y Siria, o el bombardeo de Libia, en los que se han utilizado además todas las armas de la guerra híbrida. Pero esas guerras no iban dirigidas a acabar con sus regímenes, sino a provocar una desestabilización de la zona que provocada una emigración masiva de su población a Europa. Las grandes potencias, bien sean estados o lobbies privados, no utilizan la violencia entre sí, que sería suicida para ellos ya que tienen armamento nuclear, sino contra otras naciones, para provocar efectos colaterales que los benefician y que son los buscados.

Las intervenciones en Oriente Medio y África

Las intervenciones de Occidente en los países del tercer mundo con el ánimo de democratizarlos, han supuesto en general un grave error, tanto para el bienestar de esos países como para el propio Occidente. Han sido guerras inducidas para provocar graves efectos colaterales contra Europa y su civilización.

La revolución contra el Sha de Persia, apoyada desde Occidente como democrática (desde Francia que acogió al Ayatolá Jomeini a quien se presentó como un salvador defensor de la democracia) acabó fagocitada por el islamismo más feroz.

Las guerras en oriente medio que acabo de mencionar, así como las revueltas o insurrecciones de las llamadas “primaveras árabes” no buscaban otra cosa que la desestabilización de esas naciones y, por consiguiente, la huida masiva de su población hacia Europa.

Esta situación estuvo mediatizada por la guerra fría hasta la desaparición de la Unión Soviética. En ese momento Occidente podría haber trabajado con esos regímenes en la línea que antes he comentado. Pero no lo hizo. Se desaprovechó la ocasión. La actitud de Occidente contra estos países provocó su enrocamiento y acabó provocando el endurecimiento de los regímenes y graves disturbios en su población.

Este caso también es aplicable a Irak, sobre el que se realizaron las acciones descritas como “guerra hibrida” para crear una insurgencia civil y militar mediante la utilización de los kurdos y facciones islamistas radicales que justificara una invasión. En el año 2003, una coalición multinacional, principalmente estadounidense y británica, ocupó el país iniciando la que se llamó Guerra de Irak. Ello conllevó un enorme aumento de la violencia civil, política y la inestabilidad política, económica y social que dio lugar un estado fallido.

Tanto Irak como Siria o Egisto tenían regímenes baasíes, pertenecientes al Baaz, movimiento político nacionalista árabe, laico y socialista. Estos regímenes, al extinguirse la Unión Soviética, y con la ayuda de Occidente, habrían podido conducir a sus países hacia el progreso económico y cultural y al desarrollo pleno de las libertades democráticas. Pero sufrieron la “guerra híbrida” promoviendo las “primaveras árabes” con el resultado que todos conocemos.

En Irak siempre ha habido una confrontación religiosa musulmana (y por tanto política) entre Kurdos, Chiíes y Sunnitas, que el gobierno de Sadam Husein tenía controlada. Además, desde el inicio de la era cristiana, en Irak ha habido una considerable población cristiana que, aunque minoritaria, era de las más preparadas.

Desde la proclamación de la república en Irak en 1958, se adoptaron muchas reformas: reforma agraria, ayuda a las familias pobres, planes urbanos, etc. En 1970 se adoptó una nueva constitución laica, reforzando particularmente los derechos de las mujeres: se les concedió el derecho a votar y a presentarse a las elecciones, así como el acceso a la educación y a la propiedad. Tras su subida al poder efectuando Sadam Husein realizó la modernización y occidentalización de su país. Realizó un acercamiento a los Estados Unidos y a Europa, distanciándose de la Unión Soviética y el comunismo, para formar un «eje árabe moderado» con Jordania y el Egipto del régimen de Hosni Mubarak.  En su gobierno, de naturaleza laica, había ministros cristianos, sunníes y chiíes. Tarek Aziz, viceprimer ministro del gobierno y jefe de la diplomacia iraquí, era cristiano.

Todo esto cambió tras la “Guerra de Irak”. Occidente no le correspondió. Los intereses petroleros fueron mas importantes que el sentido común, y emprendió una guerra híbrida apoyando a los insurgentes curdos e islamistas, que llevó a Irak a la guerra contra Irán y, luego, engañado, a la anexión por la fuerza de Kuwait. A partir de ahí se desarrolló toda una campaña de desinformación que condujo, tras la reunión de Las Azores entre EEUU, Inglaterra, España y Portugal, a la invasión de Irak por parte de EEUU e Inglaterra.

El PIB de Irak no había dejado de crecer de manera geométrica situándose en 2013 en un PIB per cápita de 5.287€, sin haberse podido recuperar en 2018 donde el PIB per cápita fue de 4.940€.

En 2013, uno de los grupos insurgentes afiliado a Al-Qaeda que participaba en la insurrección contra el gobierno sirio incrementó su dominio hasta proclamar su independencia respecto a la organización transnacional, proclamó el Estado Islámico de Irak y el Levante. Ello sumió a Irak en una nueva situación de guerra abierta hasta finales del 2017 cuando el Estado Islámico fue expulsado del territorio iraquí.

La guerra de Irak y el derrocamiento de Saddam Hussein y el derrocamiento y asesinato de Gadafi en Libia supusieron para esos países el desarrollo de guerras civiles, terrorismo y luchas religiosas y tribales desembocando en los Estados fallidos que ahora suponen un grave peligro para Europa.

Desde la desaparición de Saddam Hussein se han asesinado a miles de cristianos, huyendo del país más de doscientos mil, antes de la llegada del Estado Islámico.

Afortunadamente Egipto supo reaccionar ante el peligro y resolverlo antes de que este se volviera en irreversible dominado por el fundamentalismo islámico. A pesar de todo, el Egipto moderno y de progreso ha desaparecido prácticamente y el islamismo políticamente correcto inunda la sociedad.

Túnez, también superó, aunque con graves daños, su “revolución de los jazmines” y Argelia también.

El último de estos regímenes autoritarios es el también Baazí de Hafez el Assad. Se ha mantenido gracias al apoyo de Rusia, a quien le conviene su estabilidad tanto desde el punto de vista logístico-militar como geopolítico. Pero la ceguera de Occidente ha provocado, como decíamos antes, el endurecimiento del régimen y graves disturbios en su población que le han llevado a una guerra civil entre el régimen y los “liberales” apoyados por Occidente. Es un caso muy complejo en el que se juegan los intereses de Turquía, Rusia, Israel, además de sus otros países limítrofes, Jordania y el Líbano y el pueblo kurdo y donde el Yihadismo islámico ha campado por doquier. Por supuesto, EE.UU. y la OTAN son también grandes actores en esta guerra hibrida en la que la violencia bélica y la desinformación son permanentes. El gran sufridor es el pueblo sirio y el receptor del daño colateral, Europa.

Ahora el ataque parece que está ganando en España. Después de más 15 años de ataques desde el 11M de 2004, España está sufriendo un ataque en toda regla usando como instrumento a un gobierno sociocomunista que ha tomado el poder mediante el engaño a sus electores. Para ellos la mentira es un arma política que, como vemos, es una de las principales armas de la llamada guerra híbrida.

El nuevo Psoe de Sánchez, radical, cada vez más podemizado, y el propio Podemos llevan siguiendo una política claramente de “guerra híbrida” de confrontación y siembra de odio entre la población: ricos y pobres, hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, fomentando el aborto sin control y desarrollando la cristianofobia mediante ataques directos a la iglesia y a sus fieles, relativizando los valores humanos y desarrollando un laicismo agresivo, mientras facilita el desarrollo del islam. La Ley de Memoria Histórica ha sido uno de las armas más determinantes para desarrollar y avivar el odio entre los españoles. Continuamente acusaban y acusan a la oposición de los males consecuencia de su gobierno. Ahora están propagando bulos y mentiras continuamente. Para ellos la mentira es un arma política válida como han reconocido públicamente. Y así la utilizan. Cínicamente. Descaradamente. Siguen el juego del Foro de Sao Paulo, del bolivarismo y del Lobby Globalista Especulativo.

Los verdaderos actores

Pero, ¿Quiénes son los verdaderos actores, quién es el Estado Mayor, de esta guerra? Evidentemente, quienes incitan, inducen, compran, sobornan y pretenden hacer una ingeniería social, un nuevo orden mundial, o, sencillamente, grandes negocios a partir de las armas que hoy ofrece la guerra híbrida. Los gobiernos de las naciones responden a estas acciones en función de que vayan mejor con sus intereses o con los intereses de los grupos políticos que los conforman o, sencillamente, del interés personal de sus integrantes. Los agentes, más o menos integrados o que comparten ideas o fines, son los constituyentes del Lobby progresista en connivencia con el Lobby Globalista Especulativo, siendo uno de los exponentes más paradigmáticos Soros, su Open Society ya la marañada red de instituciones, fundaciones y asociaciones que están alrededor.

Mientras se agigantan los nacionalismos de China, EE.UU. o Rusia, Europa se desvanece. El lobby globalista pretende acabar con los Estados Nación y con Europa, asegurando el dominio de las grandes corporaciones tecnológicas y financieras transnacionales, en connivencia con el eje del mal formado por neocomunistas y la radicalidad islamista.

Indudablemente en esta pandemia viral, provocada o no por intereses de agentes geopoliticos o geoeconómicos, los especuladores globalistas aprovecharán la ruina de muchas naciones causada por el confinamiento de la población durante la pandemia para comprar bienes estratégicos, acciones y empresas a precios de saldo para afianzar su poder estratégico o para luego revenderlas e incrementar sus abultadas fortunas y ganancias.,

Hay un objetivo común de todos los agentes para lograr sus fines. Es acabar con la cultura cristiana, con el cristianismo, con los valores cristianos de la cultura grecolatina, atacándola desde todos los ángulos, no solo mediante el desarrollo de la critianofobia.

La defensa

La defensa solo puede ser efectiva si utilizamos las mismas armas que el enemigo; si no utilizamos los mismos medios propagandísticos con las mismas tecnologías. Pensando que cada vez que lanzamos un Twit es como si disparáramos un cartucho. No puede ser disparado para atraer sobre el múltiples disparos del enemigo. Siempre hay que pensar en la respuesta del enemigo a cada una de nuestras acciones. La defensa, en esta guerra híbrida, debe estar apoyada en expertos. Que nadie dude que el enemigo está apoyado por los mejores expertos.

Desde el ámbito de las naciones, EE.UU., Rusia y algunos países de Europa como Hungría, Austria y Polonia, son las únicas que están respondiendo a este ataque, aun cuando haya divergencias geopolíticas entre ellas, mientras el resto de Europa sucumbe inerte a los ataques.

O los defensores de nuestra cultura, de nuestros valores, de la virtud, la libertad y la dignidad de cada uno de los hombres, somos capaces de hacer frente a la guerra híbrida con las mismas armas con las que nos atacan aquellos que quieren esclavizarnos, o moriremos. Con heroísmo, sí, pero sucumbiremos y la Humanidad entrará en un proceso de esclavitud y sometimiento del que no sabemos cuáles serán sus límites.

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One Response to “Estamos en una nueva Guerra Mundial”

  1. Ignacio Para dice:

    El pasado 18 de junio el Parlamento Europeo establece un comité especial sobre interferencia extranjera en todos los procesos democráticos en la Unión Europea, incluida la desinformación.

    Entre sus fines están combatir las intervenciones que realizan organizaciones extranjeras mediante dinero o la desinformación en las redes sociales en la creación de partidos o los procesos electorales y otras acciones (de guerra) híbrida contra los países que componen la Unión Europea.

    Esperemos que esta iniciativa del Parlamento prospere ya que no tengo confianza en la Comisión Europea.

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