Más ideas para el regeneracionismo político

26 de abril de 2012

 

Sólo mediante la revocatoria de mandato, el elector puede estar seguro de que su representante le representa. Si el elector comprueba que el elegido le engañó o que no sigue las líneas de conducta esperadas debería poder revocar su voto y eso debería tener su repercusión en los escaños del parlamento. Las revocaciones de votos serían sobre cualquier partido y no solo sobre el gobernante.

También los votos en blanco deberían traducirse en escaños en blanco. Hoy en día estos votos se pierden y sin embargo representan la voluntad de una parte del electorado. Hoy en día el voto en blanco se pierde, no tiene una efectividad más que simbólica. Si el voto en blanco se tradujera en escaños, es posible que parte de la abstención se traduzca en votos en blanco.

Debería limitarse a 8 años el máximo de permanencia en cargo político de cualquier nivel. Presidente, parlamentario, alcalde, concejal, ministro, director general, etc. Lo que quiero decir es que cualquier persona, tras ocho años de vida política debería pasar a la vida civil por otros ocho años antes de volver a tomar otro cargo político. Esto evitaría casos como el de Putin que de Presidente pasa a Primero ministro para luego pasar a presidente, etc. burlando así el espíritu de la ley.

La política es un servicio público y no debe ser un medio de vida. El que tenga vocación pública que se haga funcionario. Actualmente el político accede por un atajo a cargos funcionariales en la Administración Pública como cargos de confianza. Los cargos de confianza son parte del clientelismo ejercido por los partidos políticos en el poder. Los 40.000 políticos contratados como cargos de confianza son un dispendio que va en contra de los verdaderos funcionarios.

 

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