Como garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario

La necesaria manera de garantizar la sostenibilidad del sistema es consignando una financiación suficiente para atender las prestaciones sanitarias o, lo que es lo mismo, ajustando la cartera de servicios a las disponibilidades financieras. Para conseguir financiación es necesario priorizar el gasto sanitario sobre otros gastos del Estado. No se puede asumir sin atragantarse los recortes en sanidad y las reiteradas subidas de impuestos, mientras no se vean también recortes en la propia estructura de la administración central y autonómica del Estado.

Pero, en todo caso, la sostenibilidad exige un uso eficiente de los recursos sanitarios y racionalizar la cartera de servicios. Por ello, antes de simplemente recortar, es necesario conseguir niveles de eficiencia mucho mayores. Hay que gastar mejor el dinero que los ciudadanos aportan cada año al erario público. Por ejemplo: i) disminuyendo significativamente los gastos administrativos, mejorando los procedimientos, usando las TIC y racionalizando el personal; ii) mejorando significativamente la eficiencia en el uso de los recursos humanos mediante una adecuada gestión clínica; iii) mejorando el uso racional de medicamentos y material sanitario y aprovechando la tecnología sanitaria evitando al máximo la capacidad cesante.

A la hora de revisar los servicios cubiertos, hay que priorizar por dónde empezamos y qué es lo que se recorta,
como por ejemplo, desfinanciar en patologías menores y desfinanciar en prestaciones y medicamentos baratos. Y de esta manera, el dinero sobrante se puede focalizar en mantener lo esencial: las graves patologías que atentan la vida y la estabilidad económica, laboral y emocional de las personas y las familias, como es el caso del cáncer y de otras enfermedades graves. No podemos poner en peligro lo esencial por el hecho de atender a toda costa lo accesorio.

Pero es más importante hacer reformas que recortar. No podemos ir recortando y sin embargo seguir siendo igual de ineficientes. Hay que buscar nuevas fórmulas que induzcan a la mejora de la eficiencia, de la innovación, de la excelencia médica, de la calidad asistencial y de los resultados en salud para los pacientes y la población en
general. Y estas fórmulas tienen que pasar por la implicación de los profesionales sanitarios, su responsabilidad, su valoración y su reconocimiento. Los profesionales sanitarios no deben ser meros funcionarios que trabajan peonadas. Es necesario un cambio de modelo; tiene que resurgir un nuevo SNS para que podamos seguir recibiendo unos servicios sanitarios de la mayor calidad sin coste y para todos que nos permitan afrontar las enfermedades sin miedo a la ruina y con la seguridad de recibir el mejor tratamiento con la mayor excelencia. Si no lo cambiamos, el SNS se degradará y los ciudadanos que puedan se procurarán un seguro de salud privado que los proteja. No nos engañemos, no nos dejemos engañar.

 

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