Cinco Medidas para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario

Equilibrando volumen de financiación y cartera de prestaciones

La única manera de garantizar la sostenibilidad del sistema es consignando una financiación suficiente para tender las prestaciones sanitarias o, lo que es lo mismo, ajustando la cartera de servicios a las disponibilidades financieras. Para conseguir financiación es necesario priorizar el gasto sanitario sobre otros gastos del Estado.

A la hora de revisar la cartera de servicios, hay que priorizar por dónde empezamos y qué es lo que se recorta, como por ejemplo, desfinanciar en patologías menores y desfinanciar en prestaciones y medicamentos baratos. Y de esta manera, el dinero sobrante se puede focalizar en mantener lo esencial: las graves patologías que atentan la vida y la estabilidad económica, laboral y emocional de las personas y las familias, como es el caso del cáncer y de otras enfermedades graves. No podemos poner en peligro lo esencial por el hecho de atender a toda costa lo accesorio.

Mejorando la eficiencia en el gasto realizado en los hospitales y centros de salud contando con los profesionales sanitarios

La sostenibilidad exige un uso eficiente de los recursos sanitarios y racionalizar la cartera de servicios. Por ello, antes de simplemente recortar, es necesario conseguir niveles de eficiencia mucho mayores. Hay que gastar mejor el dinero que los ciudadanos aportan cada año al erario público. Por ejemplo disminuyendo significativamente los gastos administrativos, mejorando los procedimientos, usando las TIC, mejorando el uso racional de medicamentos y material sanitario y aprovechando la tecnología sanitaria evitando al máximo la capacidad cesante de las inversiones. Es más importante hacer reformas que recortar. No podemos ir recortando y sin embargo seguir siendo igual de ineficientes.

Mejorando significativamente la eficiencia en el uso de los recursos humanos mediante una adecuada gestión clínica.

Hay que buscar nuevas fórmulas que induzcan a la mejora de la eficiencia, de la innovación, de la excelencia médica, de la calidad asistencial y de los resultados en salud para los pacientes y la población en general. Y estas fórmulas tienen que pasar por la implicación de los profesionales sanitarios, su responsabilidad, su valoración y su reconocimiento. Los profesionales sanitarios no deben ser meros funcionarios que trabajan peonadas.

Implantando nuevas herramientas de gestión, similares a las empleadas por la gestión privada.

Promoviendo la autogestión y la competitividad entre servicios y centros, que induzcan a la innovación para la mejora de la eficiencia y la calidad.

Los Centros Sanitarios no puedes seguir siendo gobernados en un régimen funcionarial y sometidos a una contabilidad meramente presupuestaria y bajo un centralismo radical ejercido por las Consejerías de cada Comunidad Autónoma.

Priorizando la excelencia en la calidad y la eficiencia de los servicios a los ciudadanos independientemente de cómo y quién los produzca.

Es necesario un cambio de modelo; tiene que resurgir un nuevo SNS para que podamos seguir recibiendo unos servicios sanitarios de la mayor calidad, sin coste y para todos, que nos permitan afrontar las enfermedades sin miedo a la ruina y con la seguridad de recibir el mejor tratamiento con la mayor excelencia. Si no lo cambiamos, el SNS se degradará y los ciudadanos que puedan se procurarán un seguro de salud privado que los proteja.

 

 

 

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One Response to “Cinco Medidas para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario”

  1. javier hernandez dice:

    Me parecen cinco epígrafes adecuados y de plena actualidad aunque la asignación temporal sea de mayo de 2013. Existen otras medidas que sumar o que cumplimentar pero, como describe el autor, lo más importante es ponerse en marcha buscando el efecto «mariposa». Las grandes organizaciones como el SNS llegan a un momento en que corren el riesgo de quedarse inmóviles lo que produce regresión. El símil es el del vaso: es fácil cambiar el agua cuando el vaso tiene poco contenido, pero muy difícil cuando está lleno. Sin embargo aunque esté a punto de rebosar tenemos que cambiar el agua porque sino se estanca y se convierte en NO POTABLE.

    Para evitar ese riesgo, tenemos que modificar el SNS con medidas muy concretas y audaces, como las que describe Ignacio Para. Tal vez una sola crítica constructiva: los cambios deben hacerse desde el análisis profundo de la propia realidad del Sistema, haciendo un BenchMarking de lo que nos rodea pero sin modelos «seguidistas» respecto a la cultura de lo «privado». Como en todo el paradigma «privado» no es bueno en si mismo. Hay cosas buenas y otras muchas mejorables.

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