No hay mayor expresión de violencia y de amenaza que el puño en alto. Cuando lo veo cerrado y alzado veo la expresión de las caras de los que lo mantienen en alto, una expresión seria, dura, violenta y amenazante. Expresa muy claramente el pensamiento de la izquierda radical, que es la que impera en España y que reivindica democracia.

Su democracia, que nada tiene que ver con las democracias liberales que imperan en occidente y en la mayoría de los países de la antigua Unión Soviética y de sus ex satélites del este de Europa. La democracia que realmente quiere imponer esta izquierda radical es la democracia de la antigua Alemania del Este (República Democrática Alemana) sometida a una férrea dictadura totalitaria y controlada por la temible policía política “Stasi”.

El puño en alto es una expresión de violencia y de odio y debería estar prohibido o al menos rechazado por la inmensa mayoría de la sociedad. Y debería estar repudiado por todo aquel que quisiera autodenominarse socialdemócrata.

Ningún partido debe defender toda su historia cuando esta ha tenido graves errores cometidos por sus líderes. No deben ocultarlos ni defender a quienes los cometieron a capa y espada, y menos honrarlos, pues corren el riesgo de volver a cometerlos. Tienen que hacer examen de conciencia y obrar honestamente por encima de todo. Esto se refiere expresamente a los partidos nacionalistas PNV y ERC y al Partido Socialista Obrero Español y sus adláteres. Partidos que se obligan, al menos formalmente a ideas arcaicas. Estamos en un momento en que deben soltar amarras con el pasado y enfocarse a conseguir un mejor futuro para todos.

Concluyo. Puño el alto, no; odio, no; rencor, no; resentimiento, no. Necesitamos otras cosas: trabajo, respeto, ilusión, orgullo de pertenencia, esfuerzo, cultura, ilusión y amor al prójimo, sea quien sea.
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